16.4.09

Se da ella
como vagabundo hambriento:
consume y deja consumirse
la cercanía, la comodidad.
Y los juegos infantiles
los disfraza
de distancia.
Los caminos
van y no vuelven
cuando rodea, curiosa,
el pecado conjunto
de vivir.
Se da ella
italicamente apasionada.
Ella se da
en un profundo abismo
vertiginoso y constante.
Se da ella
a la más próxima caricia.
Se da ella
envuelta de sinceridad.
Se da ella...
llena de ingenuidad...
Se da ella...